viernes, 11 de septiembre de 2015

EDUCACIÓN INCLUSIVA

     Los docentes nos enfrentamos cada año al reto de recibir en nuestras aulas alumnos con necesidades muy diversas. A veces, lo percibimos como un problema, pero 

"atender y dar respuesta a cada alumno y alumna, este afán por respetar la diversidad, valorándola como la riqueza de nuestra aula y no como un problema, nos complica la vida a corto plazo, pero es la que le da sentido"
     Cada alumno es diferente y todos tienen sus necesidades aunque no sean denominados alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEE o NEE). Y, además, tenemos la tarea de integrar a los que sí tienen alguna necesidad educativa especial.  En muchas ocasiones no hemos recibido la formación adecuada para atender a estos alumnos. Sin embargo, no hemos de menospreciar nuestra capacidad como educadores, debemos buscar alternativas.
     ¿Por dónde empezamos?
  1. Nos quitamos el miedo. Vamos a hacer un buen trabajo porque creemos que todos nuestros alumnos se van a beneficiar de la educación inclusiva. Va a ser un trabajo hermoso y el esfuerzo valdrá la pena. Es en el aula donde los alumnos van a aprender a entender y respetar la diversidad y el maestro va a ser un modelo y un mediador, pero también un aprendiz.
  2. Nos quitamos la presión. El docente no lo sabe todo. Buscaremos la información y los recursos que necesitemos a través de las instituciones, los padres y cualquier medio que esté a nuestro alcance. Aquí tenéis alguna propuesta, pero en Internet y en los departamentos de orientación de los centros os pueden guiar en el proceso de búsqueda y os pueden dar ideas interesantes
           Educación inclusiva
          15 recursos
          Guías

     Tenemos que ser conscientes de que la integración no consiste solo en la presencia del alumno en el aula. Para que haya verdadera integración es necesario que se produzca aprendizaje y participación.
     Habremos logrado nuestro propósito cuando los alumnos hayan alcanzado los objetivos que nos hemos propuesto para ellos y cuando ellos sean conscientes de sus avances y sus aprendizajes. Así se sentirán satisfechos y más motivados, y nosotros también.
     Será más fácil, de este modo, fomentar su participación en el aula, cosa que servirá de aprendizaje a todo el grupo. El respeto, la valoración positiva de la diferencia, la aceptación, la tolerancia y la solidaridad no serán solo conceptos, sino vivencias cotidianas.
     ¡Mucho ánimo!
      No dudes en contarnos tu experiencia. 

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