Virtud Excelencia Integridad
Nuestro
nombre refleja algo que pensamos que es fundamental en educación: areté es ser lo mejor que puedes ser.
Para la
cultura griega clásica ἀρετή era un gran valor que perseguían en la educación y
tenía que ver con la eficacia, la fuerza, la valentía, el ingenio y la autenticidad
según explica el profesor de la Washington State University, Richard Hooker. Se
trata de que las personas puedan alcanzar su más alto potencial humano a través
del uso de todas sus facultades y sus recursos. ¿Acaso no es esto lo que perseguimos con la
educación?
Sócrates nos
dejó la máxima La virtud (areté) es conocimiento.
Platón, en su diálogo Protágoras, llega a la conclusión de que esa areté se puede enseñar. Y continúa
explicando que padres y maestros intentan hacer virtuosos —en ese sentido, en
el de que se desarrollen y alcancen su mejor faceta—a sus aprendices a través
de los diversos aprendizajes que aportan armonía en su crecimiento.
Cualquier
educador que pueda estar leyendo estas líneas, aun sin haber hecho esta precisa
reflexión, ya ha puesto su granito de arena para que otros —y el propio
educador— consigan alcanzar sus metas. Y merece la pena.
Seamos
conscientes de nuestra labor. ¿Continuamos?
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