domingo, 14 de febrero de 2016

TRASTORNOS POR DÉFICIT DE ATENCIÓN (TDA/TDAH)

     Tanto en las aulas como en las familias tanto el Trastorno por Déficit de Atención como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad plantean un esfuerzo extra a la hora de ayudar a los alumnos e hijos a aprender y a comportarse. Para conocer la definición y las diferencias entre ambos podéis consultar este enlace.
     La buenísima noticia es la neuroplasticidad que Jesús Mª Nieto define como "capacidad del sistema nervioso para modificarse a sí mismo a consecuencia de su propia actividad". Según esto, todos nos podemos entrenar para cambiar nuestro cerebro, aunque conviene advertir que siempre dentro de unos límites.
     Hace tiempo que se viene arrastrando cierta polémica sobre la existencia de dicho trastorno y el aumento en el número de diagnósticos. Las investigaciones neurocientíficas han comprobado un funcionamiento distinto del cerebro con menor actividad en la parte responsable de la inhibición de los impulsos, entre otras cosas; por tanto, el trastorno es real.
     En segundo lugar, ¿es apropiado denominarlo "trastorno"? Si bien es cierto que ello genera ciertas connotaciones negativas que nos podíamos ahorrar, la comunidad científica ha optado por ese nombre lo cual solo significa que las personas tienen unos determinados síntomas con los que deben aprender a vivir y cuyos efectos pueden intentar paliar y mejorar -como todos, en realidad-. Podríamos prescindir del nombre y trabajar los síntomas.
     En tercer lugar, la medicación en estos casos puede llegar a ser necesaria, pero los neuropsicólogos recomiendan que sea utilizada solo en los casos en los que otros tratamientos no han surtido efecto por la profundidad del trastorno y ello debería suceder en pocos casos.
     Para hablar y enfrentarse con el TDA/TDAH conviene tener una serie de cuestiones en cuenta (información a partir de Pousada & Jayaro Neuroscience Institute que ofrece estos tratamientos a partir de las últimas investigaciones y técnicas desarrolladas al respecto):

  • Últimamente se han desarrollado pruebas sencillas y no invasivas para su detección como el Test de Variables de Atención (T.O.V.A).
  • La información que se maneje ha de ser fiable, ya que hay mucha que puede inducir a error. Asimismo, los profesionales con los que se contacte para tratar el problema deberían manejar las últimas técnicas para conseguir mejoras rápidamente:

    • BIOFEEDBACK y NEUROFEEDBACK son programas contrastados, no invasivos para el tratamiento de estos trastornos.
    • Se suele complementar con ejercicios de entrenamiento cognitivo que también tienen buenos resultados.

  • En las familias todos se pueden implicar para manejar el problema de manera óptima:

    • Mantener la calma.
    • Contribuir a la mejora de la autoestima: plantear metas realistas al niño; no castigar el error, sino ayudarlo a aprender de él; hacerle ver sus cualidades positivas y desarrollar sus talentos.
    • Motivar el aprendizaje del niño. Ello no tiene por qué significar un aprendizaje meramente académico, sino que este se puede complementar con aprendizajes informales que despiertan la curiosidad, a través de la experiencia y que se convierten en momentos de disfrute. (Si pinchas encontrarás ejemplos).
    • Tener una alimentación adecuada y una hidratación suficiente para el funcionamiento del cerebro.
    • Ayudar a mantener orden y planificación. Las rutinas dan seguridad a todos los niños, pero son especialmente necesarias para mejorar el día a día de los que padecen estos trastornos. Los calendarios anotados, planificaciones semanales, recordatorios son útiles en estos casos y más si se implica a los propios chicos en su confección.
    • Establecer momentos de descanso de las tareas y las obligaciones también es absolutamente necesario. Se planean pausas a cada rato de estudio aprovechado -hay que ser realista en el tiempo que significa ese "rato" según el tiempo que aguante concentrado, más vale poco tiempo aprovechado que mucho desperdiciado que, además, genera culpabilidad-.
    • Extinguir o reducir las conductas indeseadas con rapidez, mediante técnicas sencillas. Para la modificación de conducta es recomendable establecer límites cortos para prevenir una situación que se escape del control y buscar herramientas alternativas para evitar que se llegue a ello.
    • Centrarse en las conductas; cuando son negativas se corrige la conducta que se puede modificar. Para ello es preferible utilizar el verbo "estar" más que el verbo "ser" para referirse al niño.
    • Procurar no corregirlo en público.
    • Fomentar las habilidades sociales y no exponerlo a situaciones muy competitivas.

  • En clase:

    • Es deseable que el equipo docente esté informado de la situación y tenga unas pautas de actuación comunes. (Se puede seguir alguna guía o crear una propia junto con el departamento de orientación del centro)
    • Estar en contacto con las familias y trabajar conjuntamente.
    • Plantear la posibilidad de adaptar algunos materiales, tareas o exámenes.
    • Proporcionar y favorecer la asunción de técnicas de estudio y resolución de problemas de manera escalonada.
     Todos estas intervenciones seguro mejorarán el rendimiento y contribuirán al bienestar del niño y de todos los que lo rodean. La última cuestión, pero no menos importante, que me gustaría reseñar al respecto es la posibilidad de realizar ejercicios de atención o meditación cuya eficacia está científicamente probada. Me refiero a técnicas de Mindfulness, por ejemplo que se pueden realizar desde pequeños a través de juegos en los que se trabaja la atención y se consigue mejor capacidad de concentración, reducción del estrés y menor impulsividad.



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