viernes, 9 de octubre de 2015

APRENDER SIEMPRE

     ¡Feliz fin de semana a todos!
     Este es un fin de semana largo para nuestros niños y adolescentes. Algunas familias lo aprovecharán para hacer planes. ¿Por qué no integrar alguno que sea educativo? ¿Por qué no aprovechar para mostrar que lo educativo puede ser lo más divertido?
     Quizás alguno de vosotros, padres, estáis pensando en que pensar algo educativo para vuestros hijos implica un trabajo extra o que les va a parecer aburrido y no van a querer participar, pero creemos que más bien puede ser al contrario.
     Pensar actividades para los niños os puede ayudar a conectar con ellos, a tenerlos entretenidos, a divertiros con ellos y a descansar de vuestras preocupaciones. No tiene por qué ser nada complicado. Además, podéis conseguir motivarlos para sus estudios si les hacéis ver que siempre se está aprendiendo algo nuevo, que lo que les enseñan en el colegio está relacionado con la realidad, que satisface la curiosidad propia del ser humano, que ayuda a crecer personalmente y a alcanzar las metas que uno se proponga en la vida... En definitiva, conseguiréis que conecten lo que les enseñan en la escuela con lo cotidiano y, por tanto, que tengan mayor interés cuando vayan a clase y que el esfuerzo del estudio sea más gratificante.
     ¿Cómo hacemos? Ya hemos apuntado que no tiene por qué ser nada complicado. Veamos algunas ideas:
  • Si sabemos qué están trabajando en clase podemos intentar conectarlo con coherencia, pero siempre de manera divertida.
  • Si conocemos sus preferencias, podemos darles una sorpresa con una actividad que sepamos que les va a entusiasmar.
  • Tendremos en cuenta las edades de nuestros hijos para que de verdad se diviertan con lo que hagamos. De hecho, los más mayores se sentirán más implicados si toman parte en la decisión o si pueden realizarla por su cuenta.
  • Un paseo por el campo o por un parque puede ser una excusa para hacer un herbario, averiguar nombres de plantas y animales, descubrir las características del ecosistema, de los climas, hablar de ecología...
  • Ese viaje que tenéis planeado se puede conectar fácilmente con la geografía y, si hacéis alguna visita podéis leer con los chicos los folletos que cuenten la historia de un lugar y situarlos en la época.
  • Conocer personajes de los lugares que visitamos o de nuestra ciudad que sirvan de modelo a nuestros chicos también puede ser interesante. No solo hablo de estudiar la vida de un premio Nobel, sino de investigar a ese deportista, actor, pintor, músico, científico, médico... y ver cómo ha llegado a conseguir el éxito y la plenitud en su profesión con esfuerzo y tesón.
  • Visitar museos, buscar actividades dirigidas a la edad de nuestros pequeños puede ser muy enriquecedor.
  • Ir al teatro, al cine, a un concierto y comentar con ellos lo que hemos visto o escuchado.
  • Hacer deporte juntos: salir en bici, apuntarse a una carrera solidaria, montar un partido de fútbol familiar con miembros de distintas edades... Demostrar que el ejercicio físico tiene múltiples beneficios en cuerpo y mente.
  • Contar historias, inventarlas con ellos. Escribirlas, hacer un dibujo, un collage... Fomentaremos su creatividad y su gusto por la comunicación en distintos lenguajes.
  • Proponer investigaciones, retos, como si fueran juegos y acompañarlos demostrando nuestro interés y entusiasmo a partes iguales.
  • Planificar las tareas del fin de semana y preguntarles sus propuestas para su organización y realización hace que se responsabilicen, aprendan a solucionar problemas cotidianos y usen su creatividad en un sentido práctico.
  • Hacer manualidades que les sirvan para conseguir algo que quieren, hacer un regalo o para decorar un espacio propio. Invitar a que nos ayuden en una actividad de bricolaje.
  • Cocinar lo que va a comer la familia les convertirá en mejores comedores, les dará a conocer distintos ingredientes y técnicas de trabajo.
  • Contar a nuestros hijos nuestras propias experiencias, cómo aprendimos nosotros determinados conceptos, cuáles eran los libros que leímos en la escuela que realmente nos gustaron, cuáles leímos por nuestra cuenta y nos sorprendieron, qué películas nos ayudaron a entender un proceso histórico, cómo descubrimos nuestra vocación o por qué disfrutamos tanto con esa afición que tenemos. 
     Serán grandes momentos compartidos que contribuirán a crear vínculos fuertes con nuestros hijos a la vez que ellos,  no solo aprenden, sino que encuentran gusto por aprender y se motivan para otros momentos en los que el estudio les requiera un esfuerzo mayor.
     Conoceremos mejor a nuestros hijos y les podremos ayudar y acompañar durante su crecimiento de manera que potenciemos sus talentos y minimicemos el impacto de las debilidades.
     ¿Quieres compartir con nosotros lo que vais a hacer vosotros? ¿Nos cuentas qué tal te ha ido con alguna actividad con tus hijos?

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