domingo, 22 de noviembre de 2015

CÓMO TRABAJAR LA METACOGNICIÓN DEL ESTUDIANTE

    En el camino hacia la autonomía del estudiante, algunos de los pasos que tiene que dar están ligados a la metacognición, a saber: la capacidad de autorregular el aprendizaje.
     El profesor Carles Dorado de la Universidad Autónoma de Barcelona en el artículo "Aprender a aprender. Estrategias y técnicas" explica que la metacognición implica dos dimensiones:
  1. Conocimiento sobre la propia cognición, es decir, tomar conciencia del funcionamiento de nuestra manera de aprender y comprender los factores que explican nuestros resultados positivos o negativos.
  2. Regulación y control de las actividades que el alumno realiza durante su aprendizaje (planificación, control del proceso intelectual y evaluación de resultados).
     También expone que en el niño surge antes la regulación y el control ejecutivo porque están relacionados con la situación y la actividad concreta. Tanto en esta tarea como en la toma de conciencia más abstracta sobre las fortalezas, limitaciones, estilo de aprendizaje, etc., es el docente el que puede ayudar al alumno a reconocerse (Brunner lo denomina "préstamo de conciencia").
     Las técnicas del coaching educativo son especialmente adecuadas para favorecer esta metacognición puesto que se basan en las preguntas que hacen que sea el propio alumno el que encuentre la manera de hacer las cosas, que aprenda de sus errores, que modifique su estrategia cuando sea necesario y que se mantenga motivado para conseguir terminar la tarea de una manera adecuada.
     En este sentido, podemos hacerles preguntas sobre el conocimiento, el proceso, preguntas precisas o abiertas, encaminadas a elegir estrategias alternativas, que obliguen a razonar, a comprobar hipótesis, a generalizar, cuestiones para estimular la reflexión y controlar la impulsividad o sobre actitudes. Un nutrido ejemplo de preguntas concretas lo podéis encontrar en Wiki en clave de TIC. Aquí solo extraemos algunas:
  • ¿Qué conozco del tema? ¿Cómo puedo relacionar esta información?
  • ¿Qué pasos debo seguir para...? ¿En qué parte requerí más tiempo? ¿Qué estrategias he utilizado para resolverlo?
  • ¿Hay otras maneras de resolverlo? ¿Puedes discutir la respuesta con un compañero? ¿Es lógico lo que afirmas?
  • ¿Qué sucedería si en lugar de este dato utilizaras este otro? ¿Quieres volver a probar?
  • ¿Qué criterios hemos utilizado para...? ¿Qué hacemos cuando (definimos, clasificamos, comparamos...)?
  • ¿Quieres repetir lo que has dicho? ¿A qué se debió tu equivocación?
  • ¿En qué soy sistemático? ¿Cuánto interés tengo en la tarea? ¿Colaboro? ¿Cómo puedo superarme?
     Desde este blog, queremos simplificar un poco la tarea y ofreceros una imagen para que podáis trabajar desde clase o desde casa


     Debemos desarrollar cada uno de los pasos con nuestros alumnos. Como sugerencia, se puede vincular a un trabajo o tema concreto e ir desglosando cada etapa:
  • La planificación tiene que ver con lo que sabemos del tema, el tiempo que vamos a dedicar a cada aspecto, cómo vamos a repartir los apartados...
  • Actuar implica ponerse a trabajar: dirigir la atención, buscar, seleccionar información, hacerla propia, relacionarla...
  • Se tiene que conseguir la constancia y, para ello, se puede dividir el trabajo en submetas, ver en qué se puede mejorar, modificar las estrategias que no funcionen o prever dificultades que llegarán.
  • Para evaluar hay que ser consciente de si el trabajo que se está haciendo cumple con el propósito que tiene; ello implica que se pueda relacionar la información nueva con la que ya tenemos, almacenar el conocimiento y utilizar las estrategias aprendidas en otros contextos.
     ¿Qué conseguimos con esto? Estudiantes más autónomos, seguros, responsables y creativos. Con ello favorecemos la experimentación de emociones positivas que revierten en la motivación para nuevos aprendizajes, además del conocimiento de las técnicas y estrategias con las que lo van a conseguir.

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